Desde la asociación de voluntarios, denunciaron a "las mafias carreras" y señalaron: "Ellos son los que recaudan, los que tienen dos chatarreras donde se hace de todo y para todos. No se escapa nadie del negocio".

E"n una de esas chatarreras, lucían como trofeo en la puerta el cadáver en vida de una mamá con su potranca. Ellos son los intocables del barrio. La mamá estaba como todo caballo de carro ya achacado por las jornadas de explotación: consumida hasta los huesos, lastimada en un brazo y con un dolor terrible por sus cascos largos y debido a las herraduras mal clavadas que tenía", relataron.

Además, en este caso, la yegua estaba acompañada por su bebé el cual, aseguraron, "iba camino a la desnutrición, empezaban a notarse las primeras costillas, porque la leche que producía era insuficiente y no había comida ni para ella ni para su mamá".

Los hechos comenzaron cuando los proteccionistas comenzaron a llevarse a la mamá y la bebé "pero nos obligaron a frenarnos a varias cuadras. Justo frente a la casa de unos parientes de los dueños de las chatarreras. La yegua y su bebé fueron arrastradas a una vivienda luego de que una oficial nos ordenara entregarle en mano a los carreros las sogas de los caballos. Sin papeles, sin nada", señalaron..

"Los dueños querían degollarlas y darnos sus cabezas antes que entregarlas para que vivan libres. Amenazas, piedrazos, forcejeos, abuso de poder, connivencia. Fue un caos hasta que pudieron llegar los otros 3 móviles de refuerzo y el jefe de calle", continuaron.

En el lugar se hicieron presentes más de una docena de policías armados quienes "lucharon junto a la Fiscalía que trabajó de forma IMPECABLE otorgando un allanamiento de urgencia para sacarlas".

"A la bebé, aprovechando la situación y lo pequeña que era, la sacaron por otro lado y se la llevaron a varias cuadras, por lo que la policía tuvo que trabajar desde las alturas, recorriendo con moviles y en moto varias cuadras. La potranca terminó siendo liberada. Corrió con todas sus fuerzas por la avenida entre los autos. Seguía los relinchos de su mamá que no paraba de llamarla desesperada desde el batán", relataron los voluntarios.

Fue entonces que los involucrados terminaron en la comisaría donde "las amenazas siguieron hasta que una de las dueñas de los caballos golpeó a una voluntaria a puño cerrado en la cara. Esta mujer terminó siendo arrestada por no poder controlar su ira. Si así se manejan con las personas, imaginense con los animales".