Ana Paredes Landman, la docente de La Matanza que quiere llevar las problemáticas de la escuela a la Legislatura
Es concejala en el municipio más populoso de la Provincia y trabajadora de la educación en zonas vulnerables. Denuncia violencia creciente, servicios desbordados y salarios por debajo de la línea de pobreza: "El Estado no cuida a quienes cuidamos", dice a LANOTICIA1.COM.
Docente en dos primarias del Conurbano profundo, Ana Paredes Landman conoce de cerca el deterioro del sistema educativo bonaerense. “Trabajar en escuelas cerca de cocinas de paco, con salarios que no alcanzan, servicios de protección colapsados y cada vez más violencia, es una tarea de riesgo”, resume. Desde su banca en el Concejo Deliberante de La Matanza, advierte que el ajuste golpea de lleno a la infancia y a quienes sostienen la escuela pública. Ahora, como candidata a diputada por el MST–Frente de Izquierda Unidad junto a Nicolás del Caño, plantea llevar estas problemáticas a la Legislatura provincial para dar la pelea donde se definen los presupuestos. “Los chicos están desprotegidos y los docentes, agotados. No alcanza con denunciar: hay que legislar con y para quienes están en la trinchera”, dice.
Sos docente, concejal y ahora candidata a legisladora. ¿Podés contarnos quién sos y qué te llevás de tu paso por el Concejo?
Soy docente, estoy terminando la carrera de Trabajo Social, y este año ocupo una banca en La Matanza por el sistema rotativo del Frente de Izquierda Unidad. Esta experiencia me permitió ver de forma muy clara cómo funciona la política tradicional. Hay pactos que siempre denunciamos desde afuera, pero ahora me tocó vivirlos desde adentro. Y me da la oportunidad de sacarlos a la luz, de desenmascarar esas lógicas del poder.
¿Qué te motivó a involucrarte en política desde la Izquierda? ¿Hay algún momento clave que te marcó?
Yo milito desde muy chica. Arranqué en una murga del barrio, organizando actividades contra el gatillo fácil, por los derechos humanos. En la secundaria peleé por el boleto educativo. Y siempre fue la Izquierda la que estaba más cerca de mis ideas. Hace diez años empecé a militar partidariamente. Las luchas se ganan o se pierden, pero lo importante es construir organización para darles continuidad.

¿Qué problemáticas locales detectaste como concejal que se repiten en toda la Provincia?
El problema del salario atraviesa todo. Estés en blanco o precarizado, no alcanza para vivir. Incluso los docentes cobramos por debajo de la línea de pobreza. Nosotros proponemos salario igual a la canasta familiar, financiado con un impuesto a las grandes fortunas. La provincia de Buenos Aires es rica, pero está gestionada de forma muy desigual. Mientras las familias eligen entre comprar dos o tres leches, empresas como Mercado Libre, que están radicadas acá en La Matanza, siguen facturando millones.
¿Qué mirada tienen sobre la inseguridad desde la Izquierda?
La derecha propone mano dura, pero sabemos que la Bonaerense es cómplice del narco, de la trata y de los desarmaderos. Hay que depurar esas instituciones y cambiar la lógica: que comisarios, jueces y fiscales sean electos por voto popular y con una mirada preventiva. Además, hay que invertir en salud, educación y trabajo. No hay respuestas fáciles, pero sí propuestas concretas.
¿Qué lugar ocupa la Izquierda frente a lo que muchos consideran el desencanto con el PJ y la decepción con Milei?
Hay mucha bronca. El peronismo gobernó durante años y no resolvió los problemas estructurales. Y Milei prometió que el ajuste lo iba a pagar la casta, pero lo terminamos pagando los trabajadores. Ahí entra la izquierda: porque no tranzamos, no nos vendemos y siempre estamos del mismo lado. No hacemos carrera para hacernos millonarios. Cobramos como un trabajador y el resto del sueldo lo donamos.
¿Y qué les decís a quienes piensan no ir a votar?
Les digo que los entiendo. El hartazgo con los mismos de siempre es real. Pero quedarse en casa no castiga a nadie. Hay que castigar con el voto, y que ese voto sea a la izquierda. Somos una fuerza con cientos de candidatos que hacemos política para cambiar de verdad. Los que nos trajeron hasta acá tienen que irse, y eso empieza también con una expresión política distinta en las urnas.

Como docente en La Matanza, ¿cómo describís el panorama educativo?
Trabajo en dos primarias, una en Casanova y otra en Villa Insuperable, muy cerca del barrio Las Antenas, donde se instalaron cocinas de paco. Nuestros sueldos se achican, el gobierno nacional nos sacó el FONID, y ni el gremio ni la Provincia dieron una pelea seria para recuperarlo. Un docente que recién empieza cobra entre 500 y 600 mil pesos, y eso obliga a tener tres cargos, lo que afecta la calidad educativa y la salud docente. Incluso los docentes con cargos titulares estamos por debajo de la línea de pobreza. Eso muestra el fracaso del modelo actual.
¿Y en las aulas? ¿Qué pasa con los chicos y las familias?
La escuela es una caja de resonancia. Ser docente en el Conurbano hoy es una tarea de riesgo. Vemos cada vez más situaciones de violencia. El Estado no cuida a quienes cuidamos. Y los servicios locales que deben intervenir en situaciones de abuso, calle o violencia están desfinanciados, con trabajadores monotributistas, sin estructura real. Los niños en la Provincia están desprotegidos. Todo eso lo vamos a llevar a la Legislatura.
¿Qué le dirías a un pibe o una piba que votó a Milei porque se cansó de los partidos tradicionales?
Le digo: te entiendo. Pero no es por ahí. Ya lo votaste una vez y no viste cambios. Milei le sacó a los que menos tienen y le dio beneficios a los de siempre. Esa rebeldía que vos tenés, también la tenemos nosotros. Pero es real y coherente. No estamos solo para que nos voten, estamos en cada lucha. También tenemos que ampliar el Frente de Izquierda, convocar a más luchadores que hoy están afuera. Si logramos eso, vamos a ser una fuerza política muy atractiva también para la juventud.
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