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El intendente Juan Zabaleta encabezó el acto en la estación del Ferrocarril de San Martín. Cada 30 de enero los fanáticos se reunen a recordar al músico en la fecha de su cumpleaños. Ante unas 300 personas, el cierre fue musical con la actuación de uno de sus hijos.
Como cada 30 de enero, los fans de Alejandro “Bocha” Sokol, se reunieron en la estación de Hurlingham para recordarlo en el día de su cumpleaños. Este lunes, en el que el músico habría cumplido 63 años, al clásico encuentro, se sumó un homenaje permanente: una estatua gigante del artista.
La escultura que representa al rockero, con micrófono y guitarra incluída, fue realizada por el escultor cordobés, Adrián Bachi Delorto y donada al Municipio de Hurlingham, por Marcelo Jorge Fiori Quercetti, quien la tenía en su poder.
El acto estuvo encabezado por el intendente, Juan Zabaleta, quien propuso el homenaje y apoyado por Luciano Hass, gerente de la Línea San Martín, quien autorizó el emplazamiento de la obra en la estación de esa ciudad, en la esquina de Jauretche y Remedios de Escalada.
Entre los 300 asistentes, además de familiares del músico, amigos y fans, se pudo ver a niños y adultos mayores, con remeras de Sumo o Las Pelotas. Todos se unieron en un cántico que duró varios minutos cuando se descubrió la escultura: “Se lo dedicamos al Bocha que lo mira desde el cielo”.
Desde la secretaría de Cultura de Hurlingham, Rody Rodríguez, destacaron la importancia del artista para los lugareños: “Con su potente legado como músico y su sencillez como persona, se ganó el cariño y la admiración de los hurlinghuenses y el mundo”.
Por su parte, el donante, dialogó con Página 12 y contó que lo emociona “pensar en las historias que se van a producir alrededor de la estatua, tengo expectativas de que sea un lugar de encuentro y que la gente pueda venir a recordarlo. Tenemos mucho que aprender y descubrir todavía sobre su historia. Alejandro fue el artista más importante de Hurlingham: se merecía un lugar como éste”.
Quercetti también contó que su admiración por el "Bocha" empezó cuando era niño gracias a su abuelo "Mi abuelo Pepe, que tenía un kiosko, se había hecho fanático de Alejandro y eso que no tenía nada que ver con el rock. Me decía contento que lo había visto en la tele, que miraba los recitales".
Vivían a pocos metros de la casa del artista y Quercetti cuenta que su abuelo "estaba muy orgulloso de Alejandro, el vecino de a la vuelta, ese a quien le había regalado la maquinita y la espuma de afeitar el mismo día de su casamiento. Esas historias son Alejandro para nosotros. Las historias de un buen tipo".
Por supuesto que no faltó la música y el primero en presentarse fue Bonsai, un cantante de hip hop que interpretó dos temas alusivos a los músicos de Hurlingham. El cierre, estuvo a cargo de Fermín “Mincho” Sokol, el menor de los tres hijos de Alejandro.
“Muy impresionante que a más de una década (del fallecimiento), mi viejo siga generando este reconocimiento en la gente, es algo muy conmovedor”, expresó emocionado el hijo del músico.