Baja de retenciones al agro: Lucho Bugallo analiza los impactos en productores y consumidores bonaerenses
El diputado provincial de la CC-ARI advierte que la medida del Gobierno "es más una necesidad fiscal que un apoyo real al campo". Y señala cómo afectará a productores y precios en la provincia de Buenos Aires.
En diálogo con LANOTICIA1.COM, Lucho Bugallo, diputado provincial de la Coalición Cívica por la cuarta sección electoral, analizó los últimos cambios en la política de retenciones y su impacto en la producción agropecuaria bonaerense. Nacido en Ascensión, partido de General Arenales, Bugallo proviene de una región profundamente vinculada al campo y estudió Economía y Administración Agraria, además de haber trabajado como agrónomo general. Su cercanía con la realidad rural y su trayectoria en la defensa de los productores le permiten ofrecer un análisis detallado sobre cómo las medidas del Gobierno nacional afectan a los pequeños, medianos y grandes productores de la provincia de Buenos Aires, así como a los precios que llegan a los consumidores.
¿La baja de retenciones representa un verdadero apoyo a los productores o responde más a una necesidad fiscal del Gobierno?
Toda baja o eliminación de retenciones, es bienvenida y se la celebra, pero esta, lamentablemente, se celebra en partes y por tiempo limitado. Se trata de una necesidad fiscal del Gobierno, no de una medida en apoyo a los productores o de tratar de subsanar un nefasto impuesto que ya sabemos que es regresivo, distorsivo y totalmente injusto.
¿Qué beneficios y qué riesgos trae esta medida temporal para el campo, sobre todo en territorio bonaerense?
Sin dudas algún productor, de los que aún tiene granos, puede verse beneficiado con esta medida, pero seguramente no van a ser los pequeños y medianos, que son los más golpeados en estos últimos años, sino los de mayor espalda o los acopiadores, que tienen aún stock de granos almacenados.

Los beneficios son, en primer lugar, para el gobierno que genera un ingreso extraordinario de dólares, para lograr frenar la sangría de la semana pasada. En segundo lugar, a los exportadores que compraron hasta la semana pasada a un valor con retenciones y ahora venden sin retenciones. Que además, son los que siempre terminan acordando con los distintos gobiernos de turno, declarando ventas al exterior en forma anticipada, así liquidan dólares por adelantado (lo hicieron con Massa) a cambio de alguna concesión o diferencial. Y en menor medida, a los productores que aún puedan tener granos almacenados y decidan vender.
“Es muy negativo para quienes producen huevos, carne, cerdos o trabajan en tambos en la provincia de Buenos Aires”.
Lo mismo que criticábamos con Sergio Massa, es lo que hoy están haciendo… generando incentivos a los productores, pero porque el BCRA está necesitando dólares frescos, no porque estén pensando en los productores que la vienen pasando mal.
El riesgo es para los que hoy están sembrando con costos sin retenciones, para cosechar en el verano con retenciones. Es demasiado pronto para ver el impacto final, porque hay que ver si los proveedores trasladan el costo ‘momentáneo’ de la semilla al precio o lo absorben ellos. Muy negativo para quienes producen huevos, carne aviar, cerdos o engordan en feedlots, y también para los tambos, muchos de ellos en la provincia de Buenos Aires, golpeados por lluvias, inundaciones y caminos en mal estado.
¿Cómo impacta en los productores y en los precios que paga el consumidor?
En el consumidor solo podría afectar el precio de la carne, huevos, pollo o cerdos, ya que gran parte de los costos de producción son del alimento. Veremos si la industria absorbe parte de esos costos o los traslada de golpe. Yo creo que pasará lo primero.

¿Qué diferencias observás en el trato hacia el sector entre la gestión de Javier Milei y la del gobierno anterior, cuando Massa era ministro de Economía?
Esta medida no es más ni menos que otro dólar como en la época de Alberto Fernández, Massa y CFK. Aunque reconozco la diferencia en que estos últimos odiaban al campo, lo trataban de avaro o egoísta, nunca iban a eliminar o reducir retenciones. Hoy, al menos, no odian al campo; hay un programa de reducción del gasto público, que compartimos en parte, y una esperanza, aunque débil, de que en algún momento las retenciones vayan desapareciendo. Aunque sinceramente dudo que se eliminen definitivamente, porque la economía argentina sigue dependiendo de los dólares frescos del campo.
“Cuando termine este período, los productores seguirán igual, con los mismos problemas de siempre”.
¿Qué creés que ocurrirá una vez que termine este “período de gracia” que otorgó el Gobierno?
Cuando termine, el BCRA tendrá los dólares que necesitaba y los productores seguirán igual, con los mismos problemas de siempre. Nada va a cambiar, esos aportes no se volcarán en obras, caminos o mejores servicios; se usan para mantener el equilibrio de las cuentas públicas y tranquilizar a los mercados financieros.
¿Qué expectativas tienen para los próximos dos años de gestión de Milei?
En materia productiva no tengo expectativas. Salvo el equilibrio fiscal y mantener el dólar barato, el Gobierno no tiene otra política de Estado. No hay hoja de ruta para la producción ni proyecto de inversión o desarrollo del interior productivo, y tampoco veo que lleguen a dar frutos las inversiones en energía, minería o grandes obras prometidas, para aliviar la presión sobre el campo.
“Apoyamos un Estado más eficiente, pero sin olvidar que detrás de los números hay argentinos que la pasan mal”.
Desde la Coalición Cívica, ¿cómo evalúan las políticas económicas que está llevando adelante el Gobierno?
Acompañamos gran parte de las leyes que envió el Gobierno al Congreso, como la Ley Bases, e incluso fuimos más allá presentando proyectos de eliminación o reducción de retenciones y de regímenes especiales, como Tierra del Fuego, que se llevan un tercio de lo recaudado por retenciones al agro. También ponemos límites frente a abusos de poder, como en prepagas, y posibles hechos de corrupción. Estamos de acuerdo con desburocratizar el Estado, hacerlo más eficiente y reducir estructuras que no brindan servicios, pero sin olvidar que detrás de los números hay argentinos que la están pasando mal.
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