Se crió pobre en Berisso, le dio trabajo a 2 mil personas y ahora quiere ser presidente: ¿Quién es José Luis Kelly?
Este bonaerense de raíces irlandesas tiene una vida de película. Hasta los 6 años vivió en una casilla de 4 x 3. Fue futbolista, químico y docente universitario. Como empresario ejecutó más de 700 obras. En 1997 ya hablaba de la “casta política”, antes que Milei. Fundó un partido político junto a Bilardo. Como candidato, dice que “en 8 meses no queda un plan social” y que "en 2 años Argentina será el mejor país de América”.
Por Christian Thomsen Hall
José Luis Kelly tiene una vida cinematográfica. El destacado empresario bonaerense nació en el municipio de Berisso y actualmente tiene cuatro hijos y seis nietos. Nació y se crió hasta los 6 años en un dormitorio de 4 x 3 metros del que no podían salir. En el lugar donde vivía no había recursos. Todavía recuerda cuando su padre se levantaba a las 5.00 de la mañana y antes de ir a trabajar al frigorífico, caminaba unas diez cuadras para regresar con dos latas de veinte litros de agua. Es ingeniero químico, docente universitario, dactilógrafo y taquígrafo. Como empresario, ejecutó más de 700 obras con las que empleó a más de dos mil personas. Estudió y desarrolló tecnologías americanas y europeas. Fundó cuatro bibliotecas. Nunca recibió dinero ni bienes de herencia.
En su juventud jugó al fútbol de manera profesional, llegó a debutar en la primera de Nueva Chicago y posteriormente fue vendido a Gimnasia. Sin embargo, cuando brillaba en el “Lobo” sorprendió al retirarse tempranamente y continuar con sus estudios universitarios. Entre sus memorias, el vecino de La Plata recordó la vez que fue a la Justicia “contra dos banqueros”. “Si yo pregunto cuál fue la mayor muerte colectiva mucha gente va a decir la inundación, pero el caso del Banco Crédito Provincial fulminó a más de 500 personas porque se quedaron con plata de mucha gente”, señaló al recordar a los hermanos Francisco y Pablo Trusso, quienes a fines de la década del 90’ fueron condenados como autores responsables de los delitos de administración fraudulenta y estafas.
Kelly inventó una patente sobre tratamientos químicos. También creó un equipo disipador de agua que hoy se exporta a más de 10 países. Diseñó un sistema de producción de agua potable a través del medio ambiente. Y formó un sistema educativo para habla hispana para niños entre 5 y 12 años. Además, es el fundador de una exitosa empresa de venta on-line y participó con stand propio en ferias internacionales en más de diez países. Pero una de sus obras más recordadas es “Cómo eliminar la desocupación, corrupción y tener justicia independiente''. El libro lanzado en 1997 cautivó a Carlos Salvador Bilardo, quien luego de leerlo lo contactó para fundar el Partido Uno, espacio político que hoy preside a nivel nacional y que lo llevará como candidato a presidente en 2023.
¿Quién es José Luis Kelly? Explicalo vos mismo.
Más sencillo que yo no debe haber. Vengo de un origen muy humilde. Nunca me faltó un plato de guiso pero durante seis años viví en una habitación 4x3. Después vivimos en una casita de material pero hecha a pulmón. Fui abanderado en primaria y desde los 13 años tengo libreta menor de trabajo y desde ahí nunca paré: siempre trabajé y estudié como me enseñó mi padre. A los 24 me recibí de ingeniero, jugué al fútbol de manera profesional, también me dediqué al básquet. Tengo 60 años de trabajo documentado, manejo 20 oficios y eso me llevó a trabajar en cuatro industrias importantes. Después abrí una pequeña empresa química, arranqué de a poquito y terminé con una firma de construcción haciendo más de 700 obras con las que le di trabajo a más de 2 mil personas.
¿Cuándo comenzó tu interés por intentar cambiar la realidad?
Comenzó en la década del 90’. Era tan grande la corrupción que renuncié a la Cámara Argentina de la Construcción porque no era mi objetivo. Tengo una formación irlandesa, en la que somos bastante derechos, y eso muchas veces nos trae problemas. Cuatro meses antes de que se mate el Dr. Favaloro juré hacer un sistema educativo para chicos entre 5 y 12 años que ya se está implementando en tres países de América. En Argentina ya sumamos 85 pedidos de audiencia entre los gobiernos de Cristina Kirchner y Mauricio Macri pero nunca nos recibieron. Ningún político levantó el teléfono para ver de qué se trataba esto que ya usan en otros países. De haberse implementado, ningún chico de escuela primaria en Argentina hubiera perdido un solo día de clase durante la pandemia.
¿Cómo fue que en medio de todo esto jugaste al fútbol profesional?
Jugué en Nueva Chicago y en Gimnasia y Esgrima La Plata pero mi verdadera pasión es el básquet. Tengo que decir que era muy buen jugador de básquet. Si no lo digo yo, ¿quién lo va a decir? (risas). Al fútbol llegué de casualidad, por esas cosas de la vida. El presidente del Club Estrella de Berisso era amigo de la gente de Mataderos y me invitó a probarme en las inferiores de Chicago. Me acuerdo que fui muy tranquilo y era el único que estaba en zapatillas. Al poco tiempo ya estaba jugando en primera. Comencé jugando de wing y luego me pusieron de cinco. Poco después me transfirieron a Gimnasia. Y cuando me estaban por vender a Vélez tomé la decisión de dejar el fútbol. Es que yo estudiaba en La Plata y no quería irme de la ciudad, quería terminar la carrera de ingeniero químico.
¿Qué es lo que te motiva a querer ser candidato a presidente?
Una razón muy sencilla: cuatro hijos y seis nietos. Nunca viví del Estado, todo lo que hice fue a pulmón y dedicación. Lamentablemente, la corrupción es la destrucción de la Argentina. Todo arrancó cuando teníamos que cobrar un trabajo y el Banco Crédito Provincial presentó quiebra y estafó a 60 mil ahorristas y 6 mil cuentas off shore. Yo, sin saber nada sobre la Justicia, insistí y logré una condena de 8 años y medio para los dueños del banco, aunque después la Iglesia y la Justicia se encargaron de que los larguen. A partir de ahí no te dan ganas de creer en más nada. Tiempo después, el Pacto de Olivos entre Alfonsín y Menem instituyó la impunidad legal de la Argentina. El poder político pasó a crear el Consejo de la Magistratura y designar a los jueces, decretando así la impunidad.
¿Qué le podés contar sobre tu libro a quienes aún no lo leyeron?
Les puedo decir que en la página 24 ya hablo de ‘casta política’, así que decile a Milei que yo lo dije primero en 1997 (risas). En la página 31 menciono que el Consejo de la Magistratura garantiza la impunidad de los políticos. Y en la página 185 hago el cálculo de lo que gastamos en los políticos. Desde 1983 hasta el 2000, mantener a los legisladores significó el equivalente a 2346 escuelas de una manzana. Yo hice diez escuelas y conozco bien el gasto que demanda cada una. Si sacamos el cálculo de 1983 hasta el día de hoy, solo en la Legislatura bonaerense, mantener a los legisladores y financiar sus gastos y sus asesores, nos costó 7 mil escuelas de una manzana. Desde 1983 a hoy, la política de todo el país gastó 432 mil millones de dólares, un 15% más de lo que debemos de deuda externa.
¿Cómo se dio el contacto con Bilardo y tu lanzamiento a la política?
Todo nace con una historia: Menem le dio a Duhalde 3 mil millones de dólares por año por el Fondo del Conurbano. Duhalde, con un artificio se robó más de 700 millones de dólares. Y no tengo problema en decirlo en público. Fue alevoso lo que hicieron con los sobreprecios: pasaron de 600 a 1500 dólares el metro cuadrado de construcción. Fue ahí cuando presenté la renuncia a la Cámara Argentina de la Construcción. A partir de todo esto que cuento en el libro me vino a buscar Bilardo, quien me contactó a través del expresidente del Club Estudiantes Nelson Otolina. Poco después, juntos fundamos el Partido Uno. Hoy soy el presidente del espacio político en la provincia de Buenos Aires. El partido logró expandirse a Capital Federal y otras cinco provincias del país.
¿Qué opinás del Ministro de Trabajo bonaerense? Viene del ámbito estatal y sindical…
Cuando vi cómo juró pensé que estaba loco. El ministro de Trabajo tiene que ser alguien imparcial. Este funcionario ni siquiera es más de lo mismo, sino que es peor de lo mismo. Nadie va a querer invertir con un funcionario que tira para el lado contrario de las empresas. Y a eso sumale que en nuestro país tenemos un problema grande: por la falta de empleo, con los planes sociales hemos generado una fábrica de esclavos. Yo tengo la fórmula para que en ocho meses no quede un solo plan social. Para esto tenemos que garantizar al empresario que se termina la industria del juicio. Y en eso deben trabajar los políticos. Sin embargo, a los políticos de nuestro país, ya sea de cualquier espacio, lo único que les interesa es poder vivir de los demás.
¿Cuál es el problema de los argentinos? ¿Por qué cuesta tanto salir adelante?
En la Argentina no existe la pobreza, en la Argentina lo que hay es ignorancia. Desde el presidente hasta el más pobre. Te doy un ejemplo: Nosotros trabajamos el cuero y pagamos un par de zapatos 20 mil pesos cuando debería costarnos 5 mil. Deberíamos tener la fábrica de zapatos más grande del mundo. Con los alimentos pasa algo similar. Está todo desvirtuado porque la cabeza no funciona. Acá el que gana la elección por lo único que se preocupa es por hacer obras con sobreprecio para poder financiar sus elecciones cada dos años. En el país no puede haber un mango pero todos los presidentes, antes de la elección, van a anunciar una catarata de obras, y todo eso solamente es para poder financiarse a ellos mismos. Esto es transversal a todos los espacios políticos.
¿Vas a ser candidato a presidente por UNO? ¿Te subirías a otras fuerzas políticas?
Mi intención es ser candidato a presidente por mi espacio. Pero es cierto que ya vinieron a verme dos partidos. Uno chiquito y otro muy grande a nivel nacional, que no te voy a decir cual es porque podría generar mucho ruido. A los dos les dije lo mismo: Escriban lo que van hacer y después nos juntamos. Yo no descarto sumarme a ningún espacio, no soy Dios ni omnipotente. Pero yo hice algo que nadie hizo: escribir 170 propuestas. Y todos los partidos deberían terminar con los versos de campaña y escribir cómo van hacer lo que prometen. Y esto no es lo que digo yo, lo dice el artículo 26 de la Ley Electoral, donde se remarca que los candidatos deben presentar las propuestas por escrito y no a través de un chamuyo televisivo. Si tenemos en cuenta esto, las elecciones del 83’ a la fecha son todas ilegales.
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