Sebastián Pareja, sin casete a horas de las elecciones: la interna, autocrítica, el dólar y su mensaje a los bonaerenses
El presidente de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires y candidato a diputado nacional eligió LANOTICIA1.COM para dar su balance final de campaña antes de las legislativas. El armador bonaerense de Karina Milei hizo autocrítica del resultado de septiembre, defendió la alianza con el PRO y habló de sus sensaciones de cara al domingo.
Faltan apenas horas para la elección y la tensión se siente en todo el territorio bonaerense. En ese contexto, la figura de Sebastián Pareja —presidente de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires, candidato a diputado nacional y principal armador del espacio— cobra especial relevancia para entender cómo llega el oficialismo libertario a esta instancia.
Exsenador provincial y actual subsecretario de Integración Socio-Urbana de la Nación, Pareja se consolidó como uno de los dirigentes de mayor confianza de Karina Milei y pieza clave del armado político bonaerense.
En diálogo con LANOTICIA1.COM, analizó una campaña marcada por el escándalo en torno a José Luis Espert, la insistencia por que Diego Santilli encabezara la lista en la Provincia, la fallida reimpresión de boletas y el tirante acuerdo con el PRO.
Con tono medido pero firme, Pareja reconoció errores, valoró la experiencia y puso en perspectiva los desafíos: “No ponemos nada en riesgo, y todo lo que sumemos será ganancia”, afirmó.
La entrevista lo muestra en la antesala de los comicios, con la maquinaria política en marcha y la expectativa puesta en si el mensaje libertario logrará resonar entre los votantes bonaerenses.
—Faltan muy pocas horas para las elecciones. Después de semanas agitadas por el caso Espert y las tensiones internas, ¿cómo llega La Libertad Avanza a las legislativas del domingo?
—Mirá, la verdad es que desde el punto de vista interno estamos muy bien. Llegamos con la estructura política que requiere una competencia de estas características, con todas las mesas de trabajo activas. Si bien la campaña estuvo atravesada por lo que mencionás, intentamos mantener la lógica que teníamos desde un principio. En la primera etapa, allá por septiembre, hicimos un trabajo más territorial; y en esta segunda, la enfocamos de forma más sectorizada. Por eso tuvimos encuentros con pequeños y medianos empresarios, con jóvenes, con docentes, con distintos sectores de la sociedad de la provincia de Buenos Aires. Por ahí tenía que pasar el mensaje. Llegamos al próximo domingo con mucha expectativa, esperando que la gente se acerque a votar y deseando haber llegado con el mensaje que queríamos transmitir.
—¿Y cuál es esa expectativa que tienen ustedes? Porque en un primer momento hablaban de ‘aplastar al kirchnerismo’ en la Provincia, pero en los últimos días escuchamos a Santilli hablar de ‘tratar de descontar’. ¿Cómo están parados hoy realmente?
—Está bien la pregunta que hacés. Nosotros, como cualquier espacio político, siempre nos preparamos para ganar, para obtener un resultado favorable. Creo que en septiembre las expectativas estuvieron mal ubicadas, en parte por las encuestas que se conocían en ese momento. No había ninguna medición en toda la provincia de Buenos Aires que mostrara una diferencia mayor a cinco puntos, con lo cual fuimos a esa elección con una expectativa muy clara.
Después, el resultado terminó siendo el que fue, y en ese momento pareció que todo había sido negativo. Pero con el paso del tiempo uno empieza a ver el vaso medio lleno y entiende que fue una elección muy provincial, de medio término, con 135 elecciones distintas. Y haber obtenido el 35% de los votos, convirtiéndonos en la única fuerza que pudo competirle al kirchnerismo, la verdad que es un montón.
Con esa lógica vamos al domingo. Ya sabemos lo que nos pasó en septiembre, conocemos los errores o las dificultades que pudimos tener en la campaña, y por eso ahora ponemos la expectativa en su justa medida. Eso tiene dos lecturas: por un lado, descontar diferencias respecto a lo que fue septiembre; y por otro, ver objetivamente qué ponemos en juego y qué podemos obtener. Y lo cierto es que, en términos de bancas de diputados nacionales, no ponemos nada en riesgo, y todo lo que sumemos será ganancia. Creo que vamos a obtener, como mínimo, entre diez y doce bancas, o incluso si fueran cinco, ya sería un logro porque consolida el espacio.

—¿Por qué no quisieron que Karen Reichardt encabezara la lista cuando se bajó Espert, si era la que seguía en la nómina?
—No es que no quisimos. Lo que hicimos fue aplicar los decretos electorales que rigen la contienda. En casos excepcionales como este, la normativa establece que, ante el fallecimiento, la renuncia o cualquier otra situación similar, el reemplazo no lo hace necesariamente la persona que sigue en la lista, sino quien corresponda por género. Y eso fue exactamente lo que determinó la Justicia Electoral. No fue una decisión política nuestra, sino el cumplimiento de lo que la Justicia resolvió.
—¿Te parecieron desafortunadas las declaraciones de Karen Reichardt en la última entrevista que ofreció, cuando dijo que la gente que no vota a La Libertad Avanza es porque tiene una enfermedad mental?
—Escuché completa la entrevista de Karen, y ella no dijo que esa gente tuviera una enfermedad mental. Pero claro, cuando uno tiene que explicar ese tipo de expresiones, se presta fácilmente a la mala interpretación. Por supuesto que no hay que expresarse de ese modo.
Yo hablé con ella, y lo que me explicó es que estaba haciendo referencia a otra cosa. Decía: si cada vez estás peor, si matan a tu familia, si no tenés empleo, si tu vivienda no es digna, si vivís en condiciones precarias, y aun así volvés a votar a quienes te generaron todo eso, ¿cómo lo describís? En ese contexto utilizó una palabra que lamentablemente fue malinterpretada. Pero, más allá de eso, está claro que no hay que hablar de esa manera. Entiendo el mensaje que quiso dar, pero el término no fue el adecuado.
—Ustedes compiten en la provincia de Buenos Aires, donde hay cuestionamientos al gobernador Kicillof por los serios problemas con la seguridad, con la educación, con la salud, con el IOMA y con el transporte. En el interior también hay graves inconvenientes con las rutas y los productores están muy calientes por el estado de los caminos rurales y hasta con las retenciones cero por tres días que propuso el Gobierno nacional. Teniendo en cuenta lo que pasó en septiembre y que Milei dijo que no tiene pensado cambiar el rumbo, ¿pensás que el mensaje que pudo haber dado Santilli en apenas dos semanas fue suficiente para revertir ese resultado?
—La verdad que hiciste un buen resumen de todo lo que pasa y padecemos en la provincia de Buenos Aires. Y ahí uno vuelve un poco a la reflexión anterior: si con todos estos problemas vuelve a ganar el kirchnerismo o Fuerza Patria, evidentemente hay algo que no está funcionando.
Yo creo que Santilli, en este proceso que se puso al hombro la campaña, logró ofrecerle al bonaerense una alternativa seria al momento de entrar al cuarto oscuro. Es una opción bastante más sólida que la que proponen Taiana, Grabois y compañía. Por eso, entre lo mal que se vive hoy en la provincia y la propuesta electoral que estamos presentando, considero que el resultado debería ser mucho más positivo que el anterior.

—¿Qué rol ocupó Karina Milei en el armado provincial?
—Mirá, ella juega un rol central en todo lo que es el armado político del país, en el funcionamiento del partido y en las decisiones que vamos tomando a diario. En este proceso la he visto muy activa, extremadamente activa, y tratando de ordenar cuestiones relacionadas con la marcha lógica de una provincia tan grande como Buenos Aires. Frente a los problemas que surgían, uno le acercaba las propuestas de solución y ella acompañaba algunas de ellas. Cuando Karina apoyaba una política que queríamos implementar, uno se sentía totalmente empoderado para ejecutarla. Estuvo siempre pendiente de los pasos que fuimos dando.
—La alianza con el PRO fue clave en varios territorios estratégicos de la provincia de Buenos Aires: Guillermo Montenegro en Mar del Plata, Valenzuela en un municipio fuerte del conurbano como Tres de Febrero, y, por supuesto, Ritondo y Santilli. Sin embargo, hubo figuras que quedaron afuera, como Petrecca en Junín o los hermanos Passaglia en San Nicolás. Teniendo en cuenta todo esto, ¿considerás que la alianza que lograron armar fue suficiente o podría haber sido más amplia?
—La verdad es que la alianza con el PRO para nosotros es satisfactoria. Fue algo natural: tanto Santilli como Ritondo, desde diciembre de 2023 en el Congreso, sin condicionamientos, vienen acompañando las políticas del Gobierno Nacional. Por eso, en la provincia de Buenos Aires estaba todo encaminado para que termináramos juntos en esta alianza.
En cuanto a los casos que mencionás, las posibilidades y las conversaciones existieron. Esto también tiene que ver con la dinámica del Gobierno Nacional, que busca un espacio más dialoguista, generar encuentros con distintos dirigentes para gobernar mejor y obtener más capacidad de gestión.
Me sorprende un poco tu pregunta porque nunca dejó de existir el diálogo. En lo personal, hablé con cada uno de los que mencionaste. El problema que enfrentamos, tanto a nivel nacional como en la provincia, es el condicionamiento: cuando alguien acompaña una propuesta, pero bajo condiciones, uno duda si realmente apoya por convicción o por un interés particular.
Con Cristian Ritondo, por ejemplo, el acuerdo que cerramos no estaba condicionado a porcentajes fijos de cargos, sino a que cada acuerdo se evaluara en función de las necesidades de la campaña. Por eso demoramos en anunciar muchos acuerdos: se ponderó a la persona y su utilidad para el esquema que teníamos armado. Guillermo Montenegro, por ejemplo, encabezó la lista en la segunda sección electoral y eso contribuyó a que ganáramos esa sección.
En los casos que mencionaste, sí hubo condicionamientos que afectaron los resultados. Hoy, Petrecca nos acompaña en el proceso nacional y está más cercano, pero en San Nicolás la ecuación era distinta. Si hubiéramos decidido darle los primeros tres diputados provinciales de la segunda sección, contábamos con su apoyo, pero no fue así.
En resumen, la alianza estuvo bien armada dentro de las posibilidades y se hicieron todos los esfuerzos de negociación y comprensión, aunque algunos ya habían tomado decisiones antes de ese proceso.

—En la Provincia hay un sector grande de votantes que sigue confiando en La Libertad Avanza, pero desde el Gobierno parece que nunca les tiran una soga. Lo vimos en Bahía Blanca, donde el liberalismo triunfó en septiembre y, a los pocos días, les recortaron los fondos enviados tras el temporal. También se notó en municipios rurales, cuando anunciaron ‘retenciones cero’ para beneficiar a los productores y terminó siendo una medida de solo tres días. En el Conurbano, no se percibe un respaldo real de Nación para combatir la inseguridad ni para resolver los problemas en educación. La gente tiene miedo de salir a tomar el colectivo a las seis de la mañana, y hay madres que viven una odisea llevando a sus hijos discapacitados en transporte público desde José C. Paz, Merlo o Moreno hasta Capital Federal para que reciban atención. Vos, a diferencia de muchos candidatos porteños, sos bonaerense y conocés de lo que te hablo. Te pido que me respondas sin casete ni frases vacías. ¿Qué les decís a esos bonaerenses?
—Mirá, es un tema complejo, pero tiene respuesta en distintos niveles. Voy a ir de lo menor a lo mayor. Este es un gobierno que ayuda y no hace propaganda de la ayuda. Lo que mencionaste de Bahía Blanca, por ejemplo, es producto quizás de falta de comunicación nuestra, pero también de una política clara: no hacemos campaña ni propaganda con la asistencia ni con el perjuicio ajeno. Después de las inundaciones, el sistema implementado por el Gobierno Nacional llegó directamente a los beneficiarios, y lo mismo pasa en la provincia de Buenos Aires: eliminando intermediarios, el dinero llega casi en su totalidad a quienes lo necesitan, cubriendo casi el 100% de la canasta básica. Para quienes antes recibían solo el 50%, es un cambio enorme.
Además, el Gobierno Nacional está trabajando en relación a la inflación y en políticas que beneficien a la clase trabajadora, que no le permiten proyectar ni siquiera al mes. Son acciones directamente dirigidas a los bonaerenses.
Ahora, muchas de las cuestiones que mencionaste solo se solucionan con gestión provincial. Ahí, al bonaerense le digo: estamos trabajando para gobernar la provincia. Por ejemplo, creemos que hay que transformar por completo el sistema educativo. La semana pasada presentamos un libro donde estructuramos siete pilares fundamentales de esa transformación, con planes concretos desde el primer día de gobierno. No es solo campaña ni promesas vacías: es un proyecto claro, al alcance de todos, que se puede leer y entender.
Al bonaerense le digo: no nos aprovechamos de la desgracia ajena, no hacemos propaganda con ella, y estamos trabajando también a futuro. Estamos preparando los grandes programas que implementaremos cuando gobernemos la provincia de Buenos Aires.
—Recién dijiste que La Libertad Avanza se está preparando para gobernar la Provincia. José Luis Espert estaba perfilado y venía trabajando hace mucho tiempo; él mismo había expresado que quería ser gobernador. Con ese lugar ahora vacante, ¿quién pensás que tiene el perfil ideal para ocuparlo? Porque, por más que ustedes crean que Santilli es un buen candidato, me resulta difícil imaginar que hablando desde LN+ pueda llegar con su mensaje a alguien del segundo o tercer cordón del Conurbano o del interior profundo, donde viven situaciones que él quizá ni conoce. ¿Vos podrías ocupar ese lugar que dejó vacante Espert y proyectarte para gobernar la provincia hacia 2027?
—Mirá, yo creo que ese lugar nunca estuvo realmente ocupado, sinceramente. José Luis manifestó en su momento sus ganas de llevar adelante esa carrera, y está bien: es legítimo. El ‘Colo’ también tiene derecho a buscarlo y ya lo ha hecho, con lo cual tampoco lo veo mal. Mi posición, más allá de lo políticamente correcto, es que no me gusta caer en respuestas de casilleros comunes, que a la gente le resultan repetitivas y agobiantes.
Yo tengo un poder de ubicación muy importante, y en eso, como presidente del partido, puedo decir que mi mayor desafío hoy es que en 2027 gobernemos la provincia de Buenos Aires. Como presidente del partido, voy a hacer todo lo que tenga que hacer para que eso ocurra.
En el medio, sí, vamos a decidir un candidato. En 2027 veremos cómo llegamos, con qué candidatos mejor perfilados y más representativos del espacio, capaces de encabezar esa contienda. Porque también tenemos algo en claro: durante este proceso tuvimos la posibilidad de poner otros candidatos en las listas. ¿Por qué no lo hicimos? Porque nuestro pensamiento no es exclusivamente electoralista, lo trasciende.
La persona que pongamos como candidato a gobernador, además de medir y ganar, debe cumplir una serie de requisitos que representen realmente el cambio cultural que queremos dar en la Argentina, incluso frente a una posible derrota electoral. Si no estás ahí enfrente, quien te represente tendrá que estar a la altura, y nosotros estaremos preparados.
— La última: ¿Qué va a pasar la semana que viene con la economía? ¿Qué va a pasar con el dólar desde el lunes?
—No, no sé. La verdad que no sé. No es mi expertis y la verdad que en eso, me guío más por las noticias que por otra cosa. Con lo cual, no lo sé, y espero que no pase nada que sea malo para los argentinos.
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