Kicillof y la encrucijada del endeudamiento: cómo la interna y la oposición complican su aprobación en la Legislatura
El gobernador no logró reunir los votos necesarios en el Senado para aprobar su pedido de endeudamiento por USD 1.045 millones. La negociación ahora se vuelve clave, no solo con la oposición, sino también dentro del propio peronismo, donde La Cámpora busca frenar que el Ejecutivo concentre demasiado poder.
Este jueves, tras 100 días sin actividad, el Senado bonaerense retomó las sesiones con la intención de avanzar sobre la “ley corta” de refinanciación de la deuda externa provincial. Sin embargo, el oficialismo no consiguió los dos tercios requeridos para darle tratamiento al proyecto. La labor parlamentaria se interrumpió con un cuarto intermedio que duró algo más de dos horas y sin embargo no alcanzó para que Verónica Magario reuniera las voluntades necesarias para avanzar con el tema, por lo que la sesión se llevó a cabo dejando en suspenso la aprobación de un endeudamiento que el Ejecutivo considera prioritario.
Desde temprano se registró intensa “rosca” política entre bloques. La falta de consenso dejó fuera del temario central el proyecto de Axel Kicillof, pese a que el bloque de Unión por la Patria estaba dispuesto a participar del debate. La realidad es que legisladores tanto de la oposición como del propio peronismo reclaman que cualquier autorización de deuda forme parte de una negociación más amplia, que incluya cargos en organismos provinciales, la Suprema Corte y el Banco Provincia.

La negociación: más que deuda
La interna del peronismo y la presión de distintos sectores complican la estrategia del gobernador. En el bloque de Unión por la Patria, predominan legisladores alineados con Cristina Fernández de Kirchner, quienes buscan que no se otorgue al Ejecutivo control total sobre los recursos y decisiones estratégicas. La Cámpora, en particular, considera que aprobar el endeudamiento sin contrapartidas políticas significaría ceder poder dentro de la interna.
Por su parte, la oposición reclama que la autorización de deuda se vincule con el Presupuesto 2026 y con acuerdos sobre cargos en el Banco Provincia y la Suprema Corte, donde actualmente hay vacantes clave. Los intendentes, especialmente los alineados con el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), presionan para garantizar fondos fijos y previsibles, en lugar de montos atados a porcentajes de la deuda.
El proyecto original contempla que el 8% de la deuda se destine al Fondo de Fortalecimiento de Inversión Municipal, un punto que ha generado resistencia por parte de los jefes comunales. Además, el Ejecutivo justifica la deuda tanto para afrontar pagos pendientes de la gestión Vidal como para financiar obras de infraestructura ante la reducción de transferencias nacionales.
La pulseada electoral y política
El traspié en el Senado ocurre en un contexto de intensa interna partidaria y electoral. A menos de un mes del triunfo de Fuerza Patria en septiembre, Kicillof visitó el domicilio de Cristina Fernádez en San José 1111 y aunque no trascendió su la agenda parlamentaria estuvo en el temario del encuentro, todo indicaría que no dado el traspié de este jueves en la Cámara Alta. En este contexto, parece que ni la reunión ni la victoria electoral han logrado despejar la tensión con el kirchnerismo ni con los sectores internos del peronismo que buscan mantener poder territorial y político.
Mientras Kicillof busca presentar su imagen como un gobernador “pagador responsable” y garante del cumplimiento de la deuda provincial, distintos sectores de la oposición y del peronismo ponen condiciones para acompañar el proyecto. La estrategia del oficialismo, de fondo, es negociar a varias bandas: lograr los dos tercios en el Senado y replicar el acuerdo en la Cámara de Diputados, donde tampoco están garantizados los apoyos necesarios.
Los desafíos para destrabar la ley de endeudamiento
El pedido de Kicillof enfrenta múltiples obstáculos:
- La interna del peronismo bonaerense, donde La Cámpora y el Movimiento Derecho al Futuro buscan equilibrar poder y no ceder control total al Ejecutivo.
- La presión de la oposición, que condiciona el acompañamiento al tratamiento conjunto con Presupuesto 2026, cargos en la Suprema Corte y el Banco Provincia.
- La demanda de los intendentes por fondos municipales predecibles, que choque con la fórmula propuesta por el Ejecutivo.
- La dinámica electoral, que agrega un componente estratégico a cada negociación política antes del 26 de octubre.
Este escenario vuelve incierta la aprobación de la “ley corta” antes de los comicios. El gobernador deberá seguir negociando, no solo para obtener los votos necesarios, sino también para equilibrar los intereses internos y externos, entre la necesidad de financiamiento y la puja por el poder político.
La situación adversa en el Senado anticipa un camino complejo en Diputados y marca que, a pesar de la victoria electoral, Kicillof no tiene luz verde automática para avanzar con su endeudamiento. La negociación se perfila como un proceso clave para destrabar no solo la deuda, sino también la política interna del peronismo bonaerense y la relación del Ejecutivo con la oposición, en un contexto donde cada decisión tiene impacto directo en la campaña electoral y en el poder territorial de los distintos actores provinciales.
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