La jeringa en su lugar: De los privilegios del “vacunatorio VIP” a la leña del árbol caído
Mientras los ciudadanos esperan con ansias la vacuna y se vuelcan a registrarse, las dosis repartidas por “debajo de mesa” provocaron diferentes reacciones en sectores sociales que apoyan al oficialismo o a la oposición. Además, los episodios de “vacunagate” sacudieron también a países latinoamericanos y europeos.
Por Ramiro Pablo Gómez
La noticia de un vacunatorio paralelo al “oficial” que no respetó el orden previsto sanitariamente sino que privilegio contactos o amiguismos causó indignación en la opinión pública, generó un escándalo, renuncias y denuncias.
Los sectores que defienden al oficialismo sintieron el golpe y optaron entre defender la gestión de Ginés o amargarse moralmente ante un gobierno que no debería otorgar privilegios. Los que se oponen ensayaron una indignación suprema, pedidos de transparencia y una crítica furibunda al proceso de vacunación.
Golpe en sectores oficialistas
Las reacciones dentro de los sectores que votaron o defienden al oficialismo no fueron homogéneas. Una parte puso por encima la gestión del reconocido sanitarista, Ginés González García, por sobre el escándalo del vacunatorio VIP. Esa argumentación va en línea con la carta de renuncia del ahora ex Ministro de Salud que dedicó una línea a explicar lo sucedido y dos carillas a repasar su gestión.
Otro sector se amargó porque supone o exige que un gobierno “nac & pop” debería barrer con toda clase de privilegios y, bajo ese punto de vista, Duhalde, Verbitsky o el empresario de medios y hoteles, Florencio Aldrey Iglesias, no deberian estar antes que cualquier otro ciudadano.
Sectores opositores entre la indignación justificada y la leña del árbol caído
Mientras la ciudadanía que no acompañó en las urnas a este proyecto gobernante encontró un lugar para indignarse con cierta justificación, el sector político opositor, enmarcado en Juntos por el Cambio ensayó una defensa colectiva de la igualdad de derechos, una critica a los privilegios, un pedido de transparencia en la gestión pública, informes y exigencias de mas renuncias.
La crítica generalizada a un proceso de vacunación que ya superó las 700 mil aplicaciones y cerró acuerdos con laboratorio de diferentes naciones no parece demasiado justificada por un hecho que no debería haber sucedido pero pasó. Es tomar la parte por el todo. Si algo es injustificable (vacunatorio VIP) todo es un desastre (campaña, proceso de vacunación, manejo de pandemia).
Hay que tener en cuenta que mas de 100 paises no han adquirido aún vacunas en un contexto de sobre demanda, dificultades para lograr producciones a escala global y acusaciones sobre "paises ricos" que adquieren mas vacunas que las necesarias.
Intendentes y dirigentes bonaerenses que no forman parte del Vacunatorio VIP
Para ser benévolos podemos decir que se trata de una confusión entre la indignación. Varios jefes comunales tuvieron que salir a aclarar que no forman parte de un vacunatorio VIP. Explicaron que se aplicaron las dosis pero para “promocionar” la Spunik V por pedido del gobernador, Axel Kicillof.
“Junto al gobernador y los intendentes de la Provincia de Buenos Aires, tomamos la decisión de promoverla, con la convicción de que toda decisión sobre una vacuna aprobada por ANMAT es concluyente”, explicó el radical Posse.
El intendente no oficialista de San Isidro continuó: “Que no se utilice este asunto para que los oportunistas de la política hagan una caza de brujas”. Estos mandatarios y dirigentes bonaerenses se vacunaron en hospitales públicos de manera publicitada. Ni ocultos, ni con llamados a los amigos.
¿Sucedió un hecho similar en otros países?
Argentina no es el único país del mundo que generó un episodio de privilegio. En Perú y en Chile se lo llamó vacunagate e incluyó a políticos, funcionarios y familiares.
En España el jefe del Estado Mayor, general Miguel Ángel Villarroya, renunció después de que él y otros altos oficiales violaran los protocolos establecidos al recibir la vacuna sin respetar el orden sanitario.
En Francia, el ex presidente Nicolás Sarkozy de 66 años, fue vacunado contra el COVID -19 salteando los protocolos del país galo.
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