Por Christian Thomsen Hall

La disparada en la inflación de marzo y la mala perspectiva del cierre de abril agudizaron la feroz interna del oficialismo. Los reiterados ataques del kirchnerismo duro sobre el presidente y las respuestas muy medidas -y hasta silenciosas- lograron por algunos días convertir esos cruces en rutina del poder. Pero una nueva invasión de La Cámpora con artillería pesada provocó que el presidente por primera vez oponga resistencia. 

La interna había comenzado con chicanas de Máximo Kirchner a Martín Guzmán y alguna pincelada de Axel Kicillof. Pero después fueron por más: Primero Andrés Larroque volvió a ir más a fondo al plantear la crisis que supondría "traicionar" al electorado. Y ahora Cristina Kirchner, que ya había puesto en discusión la "capacidad de decisión" del presidente, advirtió sobre la posibilidad de perder "legitimidad" en el ejercicio de gestión.

La dura embestida de La Cámpora contra el mandatario provocó en las últimas horas, el primer contraataque de fuego de Alberto Fernández frente al avance enemigo. Anoche fue el dirigente Luis D'Elía quien señaló en Twitter que "el kirchnerismo entero enfrenta el artero golpe desestabilizador de La Cámpora contra el presidente". Más temprano, en declaraciones radiales, había dicho que "Larroque tiene que callarse la boca y laburar".

Pero además, esta mañana llegó otra respuesta contundente de Aníbal Fernández. "Al Presidente no lo va a apretar una declaración estúpida”, sostuvo el Ministro de Seguridad que suele oficiar de vocero de la Casa Rosada cuando se tensa la relación con la terminal kirchnerista del Frente de Todos. A los dichos de Larroque -que aseguró "el Gobierno es nuestro"-, Fernández los entendió como un "agravio" para Alberto. 

Precisamente, los dichos del camporista, que puso en discusión el poder con su definición insólita sobre la "propiedad" del Gobierno, fue la única parte del mensaje que respondió este martes Alberto Fernández durante un acto en La Pampa. "El Gobierno es del pueblo. Y nosotros representamos al pueblo", dijo el mandatario, con el reflejo político que confunde un triunfo electoral con la representación absoluta de "el pueblo".

Cabe recordar que la sangrienta interna entre Alberto Fernández y La Cámpora comenzó con la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados. Desde el nucleo duro del kirchnerismo no están de acuerdo con la negociación alcanzada entre Martín Guzmán y el FMI. Al ministro de Economía también le reprochan su falta de acción ante el inminente aumento de tarifas.