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El ministro de Seguridad bonaerense es el nuevo apuntado por Máximo Kirchner. El hijo de Cristina lo criticó sin nombrarlo y le exigió "que la corte con las pendejadas en televisión". Grabois se inmoló por la causa: sin pelos en la lengua lo tildó de "represor" y le apuntó por "enriquecimiento". El militar mantiene el silencio como estrategia y "resiste con aguante" en su cargo. Los antecedentes que reavivaron la bronca. Y los motivos por los que Kicillof no le suelta el brazo.
por Christian Thomsen Hall
periodista de lanoticia1.com
En el marco de la interna del Frente de Todos, signada por la pelea entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández, otro plato mucho más picante se está cocinando en la Provincia de Buenos Aires. El encargado de declarar la guerra fue -otra vez- Máximo Kirchner, quien en febrero ya había renunciado a la presidencia del bloque en la Cámara de Diputados en rechazo al acuerdo del gobierno nacional con el FMI. Ahora, el hijo de la vicepresidenta volvió a apuntar sus cañones contra uno de los funcionarios bonaerenses más odiados por La Cámpora: el ministro Sergio Berni.
El último jueves, Máximo criticó al exfuncionario de su madre por afirmar que él había sido quien se ocupó de detener al dirigente Juan Grabois. "A veces me da vergüenza cuando escucho la televisión, pelearse a dirigentes en sketches cómicos para ver quién mete preso a quien por cortar la calle. Hay que hacerse cargo de la gestión, hay que hacerse cargo de la seguridad, hay que hacerse cargo de la comida, del trabajo. Hay que cortarla con las pendejadas de la televisión y solucionar este complejo momento", dijo el líder de La Cámpora durante un acto del peronismo en Merlo.
Si bien algunos habían entendido que los misiles de Máximo estaban dirigidos al ministro de Desarrollo de la Nación, el albertista “Juanchi” Zabaleta, desde el kirchnerismo duro dejaron trascender que el mensaje tenía como único destinatario al ex campeón de karate. En consecuencia, el episodio al que hizo referencia el hijo de Cristina ocurrió durante un fuerte debate que Berni mantuvo con el diputado opositor Fernando Iglesias en televisión, mientras discutían en torno a la polémica por los piquetes. Fue ahí cuando el ministro lanzó una afirmación categórica para contrarrestar una chicana del dirigente PRO: "A Grabois lo puse preso yo".
Frente a estas declaraciones, el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) no se quedó callado y este martes salió a responderle con munición gruesa al ministro. "Lo de Berni es injustificable. Es un represor explícito, que aparte es multimillonario y que no se bien cómo hizo la plata. Y la culpa de que siga siendo miembro del gobierno de la Provincia de Buenos Aires es del gobernador, a quien yo quiero y respeto mucho. Pero comete un error gravísimo en rifar su historia política teniendo un represor de pobres y de obreros en su gobierno", disparó Grabois en declaraciones televisivas.
Esta es la segunda pelea entre Máximo y Berni que perforó la intimidad del Frente de Todos y logró escalar hasta la opinión pública. Cabe recordar que en octubre del 2021 el ministro de Seguridad bonaerense reconoció que hubo un cruce intenso respecto a las elecciones. “Discutimos fuerte por tener una visión táctica totalmente distinta”, había admitido el médico, militar y abogado, luego de que trascendiera que la familia Kirchner le bajó a Berni su lista como candidato a senador por la Segunda Sección electoral en la Provincia. Esto provocó que, en febrero pasado, el ministro anunciara: “Corto el cordón umbilical. Me voy del kirchnerismo”.
Todos estos movimientos provocaron que en las últimas horas vuelvan a agitarse los rumores de salida de Berni del ministerio de Seguridad bonaerense, tal como había sucedido luego de las elecciones PASO del 2021, cuando la pésima performance del oficialismo desató una ola de cambios en los gabinetes de la Nación y de la Provincia. En las últimas horas, los voceros del kirchnerismo dejaron trascender a la prensa varios nombres para un posible reemplazo, entre los que se encuentran el del diputado provincial y ex intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares, y el del Intendente interino de Ezeiza, Gastón Granados, quien es hijo de Alejandro Granados, exministro de Seguridad durante la gestión de Daniel Scioli.
Vale aclarar que Berni, quien hasta hoy encabeza una línea ‘derechista’ dentro del Frente de Todos, más de una vez fue blanco del ‘fuego amigo’ debido a sus polémicas declaraciones que sacudieron al oficialismo, mucho antes de que aparezca la grieta entre Alberto y Cristina. Con sus elogios a la postura anti piquete de la exministra de Seguridad del PRO, Patricia Bullrich, el ministro de Kicillof le habló a un sector trabajador de la población que ya está harto por los cortes de calles y por la inacción del gobierno, sobre todo de la exministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, a quien criticó en más de una oportunidad. “Inútil”, fue el adjetivo más suave que utilizó para describirla.
Lo concreto es que, tal como sostuvo Grabois, el único que sostiene la mano de Berni antes de ser arrojado hacia la ‘jauría K’ es Axel Kicillof. Ante un panorama abierto de cara al 2023, el gobernador sabe que, si quiere mantener las “aspiraciones presidenciales” que alguna vez tuvo Scioli, debe contener la situación delictiva dentro de su Provincia. Todo esto en medio del contexto de una profunda crisis social y económica que azota al territorio más caliente del país. Y es allí donde encuentra en Sergio Berni una gestión aprobada (para esto basta con compararla con la de Frederic) y un hábil declarante, capaz de defender su gobierno ante el escarnio de los grandes medios de comunicación opositores.
En ese sentido, ya sea como candidato a presidente o a gobernador, el mandatario bonaerense sabe que no debe repetir lo que le pasó al actual ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, quien en 2015 perdió la contienda electoral en la provincia de Buenos Aires ante una ignota María Eugenia Vidal, la ex vicejefa de gobierno porteño que había comenzado a recorrer el territorio provincial media hora antes de las elecciones. Lo cierto es que mientras tanto, Berni apeló a un viejo slogan de la militancia camporista y permanece en su cargo “resistiendo con aguante”, pese a los embates propinados por los integrantes de su propia coalición de gobierno. ¿Cómo terminará esta discordia?